Siempre que te planteas retos llevas en la mochila el rum rum de si estarás intentando cosas por encima de tus posibilidades, pero con la experiencia voy acostumbrándome a meter el la mochila la dosis suficiente de sentido común para decidir hasta donde, asi que el Almanzor y cualquier otra montaña puede ser intentado, en verano o en invierno.
El sol aún se estaba desperezando detras de La Mira cuando nosotros ya subíamos por los barrerones.
La suavidad del primer rayo que asoma en el horizonte acariciaba el paisaje como apoyandose en él para impulsarse.
Y enseguida comienza a dar otra vuelta,la del día 16.
Vimos aparecer al fondo nuestro objetivo, mientras el sol utilizaba la falda de La Galana como lienzo para dibujar el Ameal de Pablo, el Risco Moreno y el Cerro de los Huertos.
Teníamos prisa y no paramos ni en el refugio, quizás debimos preguntar por el estado de nuestra ruta, pero la prisa nos llevó a la canal que sube a la Portilla Bermeja como buen sitio para reponer fuerzas mirando de frente al enemigo…
Y para arriba que hay faena.
Para calentar, la canal que sube a la Portilla Bermeja
Cuando abandonamos esta canal, nos metemos un buen sofocón para enfilar la que sube a la Portilla del Crampón.
Que vista desde este punto y en la foto parece nada, pero es un buen repecho.
Ya a estas horas se aprecian en la nieve las huellas de los trozos de hielo que se desprenden de la pared Sur del Almanzor y bajan por la nieve como obuses.
El Almanzor está cubierto de hielo y el sol calienta mucho.
A nuestras espaldas el espectáculo es magestuoso.
Mucha gente de la que subía se fue dando la vuelta y decidieron bajar, nos pareció lo correcto por la escasa equipación que llevaban, los que más una cuerda y una estaca de nieve, el resto nada, algunos ni casco.
El último tramo es corto pero intenso, tiene 70º de inclinación, esto no es vertical, pero se va aproximando, no pudimos evitar pensar el tramo de 80º de la Norte, hay que entrenar…
Llegar aquí es estar por encima de los 2500 metros y si bien las cimas parecen empequeñecer, Gredos se engrandece.
Llegar aquí era en principio el mayor reto, pero el panorama era desolador, mucho hielo en una zona orientada al sur y no sólo había que pasarlo una vez, quizás con el material que teníamos nos tocase volver a pasarlo dos horas después…
Hay otra canal estrecha junto a esta que evita este paso, pero llovian trozos de hielo del tamaño de balones de fulbol.
En la foto sólo se ve a Dani desesperado, abajo, la profundidad de las canales oscuras invitan a la prudencia.
No teníamos otra elección o jugarsela mucho o volver, y sacamos la cuerda para descender y volver otro día.
Un poco contrariados, pero es lo que hay, la montaña pone las condiciones y nosotros decidimos hasta donde…
Dani me presentó la nueva reunión, esta tiene mejor pinta, claro que el Almanzor no se merece menos…
Hacer cumbre hubiera sido la leche, pero aquí, "nunca el tiempo es perdido"
En la bajada Dani estuvo en su linea, practicando autodetención en una rampa donde si no paras, te enteras…
En la foto se aprecian los meteoritos que pasaban silbando, parecen de nieve, pero es hielo bien macizo.
Ya volviendo a la realidad, nos reconciliamos con la montaña
Y sin rencor, jugamos un rato con ella…
Inmensa huella sobre la Laguna Grande de camino hacia los barrerones.
Por atrás, el sol sigue calentando la cara Sur… la Norte a la sombra…
Ya bajando, vimos que aún quedaba luz en la casa de los sueños…
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